"Sorprende la variedad de sus tapas, pero no su tamaño"
Hoy voy a escribir sobre otro de los bares que frecuento por Villaverde con mis dispares y animos@s compañer@s de cañas (nótense las arrobas para evitar exclusiones).
Se trata del bar Dakar, de estilo clásico, con algo de mármol (material altivo que denota clase y buen gusto para el que le guste) en encimeras y otros recovecos. Es un bar amplio con una larga barra en "L" y una zona con mesas que es nuestra preferida. Los camareros son también clásicos: simpáticos, atrevidos, listillos pero sin pasarse y de vez en cuando bromistas (siempre me intentan tomar el pelo cuando voy con amigas). Los manteles de papel contrastan con el mármol de una manera casi mágica, y siempre son bienvenidos cuando a alguien se le cae la cerveza (ejem).
Pasando sin más demora al tema central que ocupa este espacio, os hablaré de las cañas y tapas. Tengo que reconocer que no sé a ciencia cierta la marca de cerveza de los grifos ya que éstos no presentan marcado alguno a simple vista, pero deduzco por el sabor que se trata de Aguila Amstel. Las cañas no están mal, pero tampoco son una maravilla, si bien los camareros demuestran buen saber hacer cuando las tiran. Con cada caña te ponen de comer, el punto "fuerte" de este sitio; el tamaño de la tapa es diréctamente proporcional al número de comensales y nunca es espectacular. Sin embargo la mayoría de las veces se trata de algo elaborado y bastante rico. Para muestra un botón, os relato lo sucedido la última vez que estuve (ayer): con la primera nos pusieron, para dos, un platito con 3 croquetas y 3 empanadillas de las congeladas (foto de arriba); a medio terminar la primera ronda llegó una amiga y al pedir sólo su caña nos trajeron un plato de chorizo frito picantito con algo de pan para acompañar (aquí teneis la foto, perdón por comer antes de hacerla, jeje).
Por último nos pedimos una ronda para los 3 y nos trajeron algo que nunca había probado, trozos de panceta empanados individualmente, raro pero rico - vague but exciting- (foto aquí abajo).
Madre mía, con la excusa del blog os estáis poniendo morados todos los días... ¿Estaban muy malas las empanadillas? Lo cierto es que en la foto tienen buena pinta...
ResponderEliminarJajaja, gracias por comentar. El caso es que estaban buenas como la mayoría de las empanadillas congeladas, pero nada que ver con unas caseras.
ResponderEliminar